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sábado, 4 de julio de 2015

De baños al río

Hoy nos espera un gran día de calor.
Como es domingo la mayoría de la gente se encuentra en misa.

Cuando lleguen mi mujer y los chicos, cojo el tractor y el remolque y nos vamos a los "álamos negros".
Voy a casa de mi cuñado a ver si se vienen, y también se lo voy a decir a los vecinos que seguro se animan.

Venga todos al remolque.
Poned esas sillas ahí, cuidado con la mesa.
Los pequeños que se sienten en las mantas del suelo, al lado de las gavillas.
Meted las bebidas en los seros de goma que van con las barras de hielo. Sí también las sandias y unos cuantos melones.
¿Habéis traído el pan?
Sí, ahí van junto con las patatas.
¿Cuantos conejos habéis matado? ¿Serán suficientes para todos?
Papá, papá, los flotadores que no se te olviden.
No se me olvidan, ahí he inflado las cámaras de unas ruedas para que juguéis en el río.
Ya está todo listo, el caldero, la leña, las trébedes. Llevamos cucharas, fuentes... ¿Habéis echado las navajas?
Pues venga que nos vamos.

¿Por dónde vamos por la carretera o por "el vado"?
Por la carretera llegamos antes, además el camino del vado está muy "escarnado" desde la última tormenta.

Mira cuanta gente ha venido también "de baños".
Estos han sido más madrugadores.
De todas formas hay sombra para todos.
Id bajando y poned las cosas en esa explanada al lado de los árboles.

¡Cuidado con los niños! Que alguien baje con ellos al río.
Sí, por ahí hay un pequeño remanso sin peligro.
Que se pongan las chancletas de goma porque con los guijarros se van a dañar los pies.
Que cojan las cámaras, ¡cuidado con esa grande!
¡Ahí por los menos caben cuatro chiquitos!

Venga poned los sarmientos e ir pelando patatas para unas "chulas".
Nosotros vamos desollando los conejos mientras.
Venga un vinito.
Yo con gaseosa....

Y así,  entre "chula y chula", vinos y un buen caldero de conejo con patatas, se charlaba sobre cualquier cosa,  se gastaban bromas, siempre se terminaba cantando...
Algunos organizaban un pequeño partido de fútbol con los más pequeños,  otros  se columpiaban en improvisados mecedores hechos en las ramas de los árboles, otros dormitaban la siesta.

Los enormes álamos junto al río servían para organizar meriendas, reuniones de amigos, celebraciones familiares.
Sus verdes copas daban fresca sombra en los calurosos días de julio y agosto. El río transcurría sereno y tranquilo refrescando los sueños de grandes y chicos. Todo acontecía en un entorno idílico de frondosos colores verdes y olor a río cristalino, en un lugar donde la imaginación juega con la memoria en una fantasía, que alguna vez, fue realidad.

2 comentarios:

  1. Muchas prisas cuando lo escribiste parece que querías terminarlo pronto....pero me gusta por los recuerdos que me trae y por que no te has dejado nada sin fotografiar

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  2. Muchas prisas cuando lo escribiste parece que querías terminarlo pronto....pero me gusta por los recuerdos que me trae y por que no te has dejado nada sin fotografiar

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